martes, 17 de junio de 2014

Cadáver Exquisito II






Música de fondo. Fondo blanco. Fondiu de chocolate.

Del vibrar tenue del aire, nace un recorrido que abraza casi trepando.


Afuera llueve y suena tan lindo que me gustaría pasear un rato más.


De eso que sueña en la historia y dibuja líneas sobre el aire.


Hay animales en el bosque que esperan el sonido de tu guitarra. Para saber a donde quieren ir, cómo yo te extraño cuando estás durmiendo.


Y aunque los colores permanezcan escondidos emanan una pálida luz que.. resplandecerá.


Y así es como debe saber el cielo. Entre tus ojos de presa indefensa que no puede esconderse.














leftraruh & male.





Cadáver Exquisito I







Cuando miro mis zapatos no me encuentro.

Un perro ladra a lo lejos. Siento que está cerca el final. Voy a darle un último abrazo a mi madre. En forma de perdón o de redención.. Ya ni sé en que estabamos.

¿Y sí las cosas se han convertido en un árbol?

¿Y vos a dónde estás? (¿O dónde estabas?) Porque yo me acuerdo de que el té se enfrío mucho antes de que llegaras. (La puta madre)

¿Pero el sol y las palabras marcadas pueden refrescarse?

Así encontrar el agua que completa cada acción fluida mientras en sombras desaparece la humedad con el calor que irradian nuestros cuerpos.

Entonces es cuando aparece lo eterno alrededor de tus metales con la verde canela.

Falta merca acá. Uy, te salieron alitas de murciélago.












leftraruh & male.


miércoles, 11 de junio de 2014

I wanna be high, so high







Pondré en consideración estos pensamientos:
El futuro es incierto.
Quiero que se entienda que estoy escribiendo con el estómago lleno de crisálidas.
Y que me gustan los brazos largos.
Y que creo en la eternidad de un segundo efímero. 
Pero el futuro me es incierto. El modo condicional. El tic del reloj. No entiendo cómo funciona tan bien y yo lo siento tan frío, tan de.. hierro. Como una celda. Muchas restricciones para una sola vida creo. ¿No sería más fácil decir..?, ¿"Hola, cómo te llamás? Sos muy lindo, ¿puedo ir a dormir a tu casa?
¿Qué detiene a uno de hacer esas cosas? 
Yo creo que el futuro es un mecanismo para los cobardes. El futuro lo es todo para la mayoría. Es pensar en promesas, en deudas, en planes, en cuotas, en ahorros, en otras vidas, en el cielo, en el infierno. 
¿No es más fácil decir.. ?: Hola, me gustan las cosquillas, ¿te puedo cantar una canción mientras cerrás los ojos?
Pensar en el futuro te hace ver como un punto en una hoja, una cruz en una planilla, un número en una guía telefónica, un cero coma algo. Uno más, pero más bien uno menos.
¿No es más fácil decir..?: ¿Hola, cómo estás? ¿Puedo entrar en tu vida? ¿Puedo atravesar el espacio y el tiempo para darte un beso? 
¿Cómo es que nadie lo ve así?
No quiero futuros, no quiero cheques, no quiero perlas ni diamantes, no quiero sacrificios religiosos. 
Quiero pensar en las situaciones menos factibles. Quiero pensar en el futuro más que como una posibilidad, no como un todo. Como por ejemplo: Hola, me imagino que podrías destruir el mundo para alcanzar mi mano.
No sé si soy clara. 
El futuro debería ser imaginarse que pasaría si pudiesemos vivir lo que soñamos, cosas casi imposibles. ¿Está muy mal? 
Soñar es ver el futuro con el corazón, pero todos los hombres olvidaron que las deidades residen en ellos. No consideran ser feroces.
No consideran el riesgo porque piensan que el sufrimiento es algo negativo. Tienen miedo de explotar el potencial de uno mismo, de volver a ser el primer hombre, la primera mujer.
No estoy segura de cuanto de esto tiene sentido, o siquiera si puede conseiderarse una teoría o una opinión.

Sólo estoy convencida de que mientras corra sangre en mi pequeño cuerpo, voy a necesitar acurrucarme.










male.




Dame un limón.






Male:
-No te gusto.


Da:
-¿No te gusto? ¿No te gustó?


Male:
-No te gusto. Ahora me mirás las tetas y pensás: "Pobre. Son como limones". Y a nadie le gusta la ácidez. Me mirás y yo te escupo pero a vos no te va ni te viene, porque sabés que estoy seca.


Da:
-No me gustás, pero siento que deberías gustarme. Me pregunto quién sos, porque no sos de mi gusto. El ácido refresca un poco, pero decir que es rico es mentir.


Male:
-No te precocupes, mentime que me gusta. Y dejame chuparte los dedos, que me gusta más. Pero no, no vas a aceptar mis perversiones, sos como todos. Atado a tus moralidades, viviendo según un libro de autoayuda barato.


Da:
 -La mentira no alimenta, pero llena. mis dedos están arrugados, tus labios me raspan, miro por la ventana y pienso que "podría ser peor" me entrego un rato a esos juegos. Al menos me quedan mis libros.


Male: 
-Siempre, siempre primero esos malditos libros. Hace cuanto miro tentadoramente los cerillos y pienso en destruirte. Porque esos libros, no son objetos, son como parte tuya, son tus ojos, tu pecho, tus genitales, tu semen. Quemarlos es quemarte. Y aún así me paro adelante tuyo completamente desnuda y vos elegís agarrar un libro feminista.-


Da: 
-Frente a mí una mujer rota. Nunca mejor descripta, si Simone viviera seguro se vería así. con ese fuego en los ojos tratando de encender mis pasiones y encendiendose a si misma ante mi indiferencia. No. Es imposible ya. a pesar de que estés seca por dentro nunca viviremos ese incendio de nuevo.-











male & proteus



Vos.








Da: Vos y tus mentiras divertidas.

Male: Vos y tus secretos.

Da: Vos y tus fantasías de héroes olvidados.

Male: Vos y tu harem de recuerdos, tu infinito paraíso donde nunca me dejaste entrar.

Da: Vos deformandoté entre las sombras, decepcionando a la luna con tus metas inconclusas.

Male: Vos y tu aliento imposible, destruyendo cada cosa sistemáticamente. Increíble la duración.

Da: Vos empapado de sudor ante la cama. Pudriendoté por dentro. Robandomé inspiración a cada bocanada.

Male: Vos y tus distracciones. Tu segunda mirada era más laciva que la primera. Siempre destruyendo desde adentro.

Da: Vos pretendiendomé obnuvilada. Virgen encantada con tu aspecto de lobo.

Male: Vos y tus promesas.

Da: Vos y tu flexibilidad ilimitada. Tus múltibles caras, tus múltiples flancos. ¿Dónde atacar?

Male: Vos entre mi ansiedad y los días venideros. Entregandoté a los brazos del destino. Pero siempre corriendomé la cara.

Da: Vos y tu silencio.

Male: Vos y tus respuestas premeditadas. Tu inmune resistencia hacia el dolor. Vos y ese libro de mierda.

Da: Vos y tus cientos de jaulas, tus cientos de redes, tus cientos de lanzas. Matando mi libertad.

Male: Vos acobardandoté ante mis ojos penetrantes. Reservabas excusas baratas.

Da: Vos y tu inquisición. Preguntas retóricas que amenazaban con destruirlo todo. Pero ya no más.

Male: Vos con un pie en el pasado. Colocando en un pedestal a miles de desconocidos. Parte de tu asquerosa ingenuidad.

Da: Vos errando entre las venas de un desierto. Un desierto desconocido para mi. Un desierto que nunca llenarías con nada. Vos y tus soledades.

Male: Vos, ave de mil cabezas. Vos agonizando en orgasmos. Vos negandome tus absolutismos. Eras todas las respuestas que buscaba y en tu violencia me amabas. Idiota, cuanto me deseabas.

Da: Vos la ejecutora. La insaciable necesidad de terminarlo todo. Incluso a mi.

Male: Vos emanando soberbia en cada frase, releyendote y adorandote. Amo todopoderoso de tu propia desesperanza. Un hombre solitario que ve detras suyo alas.

Da: Vos pequeña bruja, alegando saberlo todo. Ocultando sin embargo lo más importante. Ya no queda nada más.

Male: Vos retorciendote en los rincones. Como un navegante aterrado ante el conocimiento de la inmensidad del mar. Vos mirando de frente a las cosas compuestas, renombrandolas a tu gusto, sin decirme aunque sea una de ellas.






proteus & male.





Yo también quería sentirme al resguardo de algo mejor.
Sentía esa necesidad de sentarme al lado suyo y descifrar sus palabras.
Intentar ver más lejos de lo que me estaba diciendo. Se me hacía difícil verlo como con costumbre. De la misma manera que tomo siempre del mismo mate. Que ya no sé si es por inercia de agarrar el primero que veo, o si tengo en cuenta que es el único que no se tapa, ergo, la mejor elección. Esa diyuntiva tenía con usted.
A esa altura ver su justa bondad y no pensar que detrás de eso había más, algo mejor, o más perverso, o más psicótico, matemático capaz, me hartaba. Y peor aún, me aburría.
Quería con todas mis fuerzas idealizar hasta la manera en que fruncía la nariz cuando algo de mí le enternecía. Le atribuía y le restaba virtudes con una rapidez y simpleza casi innata.
Por eso cuando ese día me preguntó porque estaba tan callada, tuve que darme vuelta y reirme como una desquiciada. Evadía porque sabía que mentir no era una posibilidad, no sólo porque usted es justamente usted, tan alterable e inquieto, sino también porque solía sospechar cuando algo me afectaba. Y aunque esa característica era algo que quizá varios la tachaban de envidiable, para mi se había vuelto algo horrendo.
Me decía que le gustaba esa arraigada distancia que había logrado consolidar después de mi última gran decepción. Y eso le dió pie a entenderla, para entenderme un poco a mi. Nos pasó también con ese conjunto de reacciones adversas que venían conmigo cuando (a su manera) me eligió. Sin prejuicios ni sermones, las aceptó como un elemento esencial de mis días y las quizo, como me quería en ese entonces.
Con tanta comprención, y asentamiento de su parte para con todas esas cosas ora buenas ora malas, ¿por que ahora se abrían paso entre nosotros estos reclamos?
No sea idiota. Yo lo quiero igual que siempre (mentira). Me rio porque me parece innecesario que se moleste. Disculpe si lo ofendí.- Usted se da vuelta. Ya está resignado porque en todo el camino de acá a Palermo me la pasé haciendo pelotudeces para no enfrentarlo. Y sobretodo se cansó de mi juego de no tutearlo. Lo noto cansado, y un tanto triste.
Yo también lo estaba. O eso creía. Llegamos a mi casa, y el café que preparo es el mismo. Repugnante. Nos acomodamos y le digo que el tiempo es nuestro y que lo quiero. Que no esté triste. Pero ambos sabemos que esa sensación de desconsuelo va a durar por lo menos hasta la mañana. Usted me dice que también me quiere pero que no quiere. Que no quiere qué. No saber,dice. No saber qué. Como tratarte.
Hace ya un rato largo que se pregunta lo mismo. Y al unísono en mi cabeza retornan las mismas dudas, tan comunes y patéticas. Exactamente como me siento en este momento. Confundida por la idea erronea de los sentimientos eternos que me generaron las canciones y las películas. Los únicos espejos donde puedo reflejar una realidad parecida a la mía, pero más apasionante y errática, con música de orquesta, y el chelo sonando siempre cuando usted aparece.
Vivo así, tan encarrilada hacia la decepción.
Nos acostamos, con frío. Me doy vuelta. Cojemos. Es mi otra manera de distraerlo, de mantenerme al margen de la situación. Estirar lo inevitable. Me gustaría que se agobiara, pero no quiere. Me quiere y lo quiero, pero no estamos para esto. Hablo por los dos porque soy una egoísta, no estimarlo parece más fácil.
Imposible cerrar los ojos y negarse. Ya que en cierto modo era lindo que todo surgiese entre nosotros con tanta exaltación. Nos venerabamos como dioses, como líderes natos de la discordia. Creíamos que eramos una unión atroz que rozaba la perfección. Que la desmembraba y la reconstruía con un nuevo concepto, obviando la relatividad, nuestra dualidad, armoniosa y destructiva. Caminabamos seguros de que el mundo yacía acurrucado, temblando.. a la
espera de nuestras voces. Nos devorabamos al tiempo y nos consumiamos en elogios hasta la arcada.
Manifiesto: intuía el avance del desastre. Mierda. Qué sencillo se desgasta un sentimiento tan intenso.
La última vez que lo ví estabamos donde siempre. Algo desentonaba casi metafóricamente, a la hora de sentarnos cambiamos los lugares. Habíamos cambiado y punto. Lo miré con vergüenza, notaba en sus ojos una aspereza que hasta ahora no me había enseñado. Me miró las rodillas (le gustaban mucho, siempre me lo hizo notar), hizo un gesto conocido y nos reimos. Esas risas atenuaban el objetivo del encuentro.
Que mediocres, pensé. No aguanté y hablé: Necesitamos fracasar un poco más antes de entregarnos por completo, de adjudicarnos perfectos.-
No entendió mi punto. No entendió nada de lo que dije esa noche. No quiso y lo sentí apartandosé como otro proyecto disuelto por mi inconstancia. No hizo falta levantarse, la brecha se abrió y se acomodó entre usted y yo, entre vos y yo, creando un fin. Y vos, desde tu lugar me viste dejarte ir.
Me desperté a las 3 y me puse a escribir. No sé por qué. Ese café asqueroso. Empecé a relatar a modo de carta aunque no creo  que vaya a mostrartelá. Pasaron 6 años. Y siento que todavía me escuchás, porque las palabras que uso son las mismas que usarías para describirnos. No te tuteo. Y no te extraño. Vos lo escuchás. Es casi estúpido. Al final, todo empezaba y terminaba a causa de lo mismo: por mi obviedad y por tu intuición.
Cuando te vea te lo voy decir. Qué. Que todavía hay cosas. Cosas que qué. 
Cosas que no pueden evitarse.





male.






Resplandeciente el alma del que quiere en sueños soñar la realidad aún no vivida de la eternidad de un recuerdo.
El que viaja entre nieblas para llegar al centro de mi ser, bienaventurado sea.
Y el que acaso quisiera acorralarme que de un paso atrás que hoy no estoy para juego más violento que el de ganarle a mi soledad.
Más allá de lo cansados que estén mis pies de tanto desandar caminos, hoy por hoy, sólo vivo. Y por vivir tan mortalmente acostumbrada a caerme, tropecé con tu voz. Aunque no tenga más que una boca, si me das un poco de tu tiempo puedo crear mundos inimaginados, sosteniendome de tu mano.
Y si no lo logro, viviré de un recuerdo.





male.